Redes sociales de Francisco Gavidia: intelectualidad y política (1863-1955)

Francisco Gavidia’s social networks: intellectuality and politics (1863-1955)

Fecha de recepción: 22 de enero de 2024

Fecha de aprobación: 1 de marzo de 2024

Erick Guerra Barrera

gb17023@ues.edu.sv

Universidad de El Salvador

ORCID:0009-0008-5169-3181

Vanessa Guadalupe Contreras Pineda

cp18018@ues.edu.sv

Universidad de El Salvador

ORCID: 0009-0007-6522-1356

Resumen

Este artículo se estructura en dos partes: la primera parte, aborda la trayectoria de vida de Francisco Antonio Gavidia Guandique, desde su infancia y primeras letras hasta su juventud y adultez. Una investigación basada en las entrevistas conversadas hechas a su bisnieto, José Mata Estrada y al doctor en filosofía Ricardo Roque Baldovinos, experto en literatura centroamericana y estudios culturales. En el segundo apartado, se tratará a Gavidia y su vínculo con diversas redes intelectuales y políticas desde su llegada a San Salvador. Se verá a Gavidia dentro de los círculos de diversas sociedades y revistas como «La juventud», «La Academia de Ciencias y Bellas Letras», «La quincena», entre otras; compartiendo espacios con otros reconocidos intelectuales como Román Mayorga Rivas, Vicente Acosta, Arturo Ambrogi y relacionándose con las altas esferas políticas como Rafael Zaldívar y Rafael Gutiérrez.

Palabras clave: Francisco Gavidia, historia oral, redes intelectuales, redes políticas, trayectoria de vida.

Abstract

This article is structured in two parts: the first part addresses the life trajectory of Francisco Antonio Gavidia Guandique, from his childhood and early letters to his youth and adulthood. An investigation based on conversational interviews with his great-grandson, José Mata Estrada, and doctor of philosophy Ricardo Roque Baldovinos, an expert in Central American literature and cultural studies. In the second section, Gavidia and his link with various intellectual and political networks since his arrival in San Salvador will be discussed. Gavidia will be seen within the circles of various societies and magazines such as “La Juventud”, “La Academia de Ciencias y Bellas Letras”, “La Fortnight”, among others; sharing spaces with other renowned intellectuals such as Román Mayorga Rivas, Vicente Acosta, Arturo Ambrogi and interacting with high political circles such as Rafael Zaldívar and Rafael Gutiérrez.

Keywords: Francisco Gavidia, intellectual networks, life trajectory, oral history, political networks.

  1. Introducción

Este artículo expone un estudio de la vida y obra de Francisco Antonio Gavidia Guandique. Se trata de una investigación realizada a través de la metodología del análisis de redes sociales. Para obtener información biográfica, de tejido social y de contexto histórico, se utilizó la metodología de la Historia Oral, fuentes documentales y de archivo. Francisco Gavidia es apreciado como unos de los personajes más representativos de la intelectualidad no sólo salvadoreña, sino que internacional, reconociendo su labor como literato y escritor, pero tomando en cuenta, otros de sus intereses como la educación, la historia, la filosofía, la lingüística, entre otros. Además, posee una significativa trayectoria política que cubre distintas etapas de su vida, inicialmente como sujeto político activo y posteriormente, como funcionario estatal.

Llegó a ser un intelectual con reconocimiento gracias al apoyo familiar y a sus habilidades como escritor. El capital relacional o social1 que fue acumulando se fortaleció, debido a estas habilidades, aunado a las vinculaciones o relaciones intelectuales y políticas, las cuales son el principal interés de esta investigación. Esto le permitió desarrollarse en distintas esferas; aprovechando diversos espacios de interacción social como el Estado salvadoreño, academias literarias, entre otros. Desde ellos se relacionó con otros actores sociales con quienes compartía un interés común. Por lo tanto, es esencial el estudio de la red social de este personaje, puesto que refleja su entorno histórico y nos permite una mayor comprensión y análisis de su trayecto. Previamente, es necesario establecer algunas definiciones metodológicas utilizadas como el Análisis de Redes Sociales (ARS), que es un paradigma reciente, capaz de describir o aproximarse a la realidad social de una forma operativa y no metafórica.2 El ARS también se define como el estudio y graficación de las relaciones específicas entre una serie definida de elementos. Estos elementos pueden ser personas, grupos, organizaciones, etc. Además, no plantea solamente la observación de estas relaciones, sino la interpretación de las interacciones que puedan tener entre sí, donde es vital la información brindada por los implicados en la red o por informantes.3

Asimismo, una red social es entendida como un conjunto de relaciones que se establecen entre un grupo finito de actores sociales delimitado por una característica en común4. Los vínculos dentro de una red social pueden ser: amistad, parentesco, intercambio comercial, transmisión de información, pertenencia a una corporación eclesiástica o cultural, etc.5 Un individuo puede tener múltiples vinculaciones dentro de una red. Los vínculos principales constituyen el capital relacional o capital social de quienes dirigen la red. A menudo estas relaciones pueden tener lazos fuertes, débiles o neutrales. Los actores sociales no pertenecen a la red de manera obligada y no siempre tienen conocimiento o contacto directo con los otros miembros.6

También ha sido útil en esta investigación el método biográfico, cuyos recursos son la historia de vida y trayectoria de vida, también se ha retomado la entrevista conversada como técnica de la Historia Oral. Francisco Longa, define la historia de vida como los estudios de caso sobre una persona determinada, que incluyen no solamente su propio relato de vida, también otros documentos referidos a la persona entrevistada, como los testimonios de sus allegados, «donde los hechos cronológicos son el hilo conductor»7 Por otra parte, la trayectoria de vida sirve para identificar las transiciones específicas que han ocurrido en la vida de un actor social, no es necesario abarcar la totalidad de la existencia del sujeto. El estudio de las trayectorias de los actores sociales nos permite entender los diferentes tipos de desplazamientos: geográficos, profesionales y/o políticos. Por ejemplo, en el campo político se puede identificar una trayectoria de vida de las actividades militantes o sindicales, así como trayectorias de vida religiosas e intelectuales.8

En relación con la entrevista conversada, esta no se basa en preguntas y respuestas llanas como en las encuestas, sino que es un diálogo profundo entre el investigador y el informante.9 Ambas partes traen consigo agendas que son constantemente renegociadas en el curso de la conversación.10 Un factor importante a considerar en la entrevista conversada dentro de la Historia Oral es la memoria. La memoria individual y colectiva que contiene el entrevistado es selectiva, inmediatamente después de una experiencia se da lugar a una drástica selección de información y organización de esta. Por lo tanto, en el quehacer del historiador se debe tener cuidado con la memoria como evidencia, al igual que con otro tipo de evidencias como los documentos escritos. La memoria tiene que ser evaluada en términos de su consistencia interna, así como debe ser comparada con otras fuentes.11

Para este estudio se realizaron dos entrevistas conversadas. La primera se realizó al doctor Ricardo Roque Baldovinos12 especialista en literatura salvadoreña de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, en donde se obtuvieron datos sobre la trayectoria de vida intelectual y política de Francisco Gavidia. Estas trayectorias de vida, permitieron entretejer los hilos de su red social. La segunda entrevista se realizó al Doctor José Mata Estrada13, bisnieto de Francisco Gavidia, sus relatos orales han sido esenciales para la construcción de la historia de vida de su bisabuelo, aportando tanto vivencias personales, como anécdotas familiares, teniendo en cuenta, que la historia oral comienza con el encuentro entre un sujeto que tiene una historia para contar y un sujeto con una historia para (re) construir.14 Los datos recabados en ambas entrevistas, además de las fuentes documentales, han sido base para elaborar este artículo.

  1. Historia de vida de Francisco Gavidia

Francisco Antonio Gavidia Guandique nació en San Miguel de la Frontera, en la recién formada República de El Salvador, su fecha de nacimiento oscila entre 1863 y 1865.15 Su padre, Francisco Antonio Gavidia fue soldado de la Federación Centroamericana a las órdenes de Francisco Morazán y gobernador político del Departamento.16 Mata Estrada agrega que, fue jurisconsulto de profesión y originario de San Vicente. En cuanto a su madre, Eloísa Melara Guandique, se dice que de acuerdo a sus apellidos es posible que fuera nieta del líder del motín independentista ocurrido en Usulután en 1811, Gregorio Melara, y que los Guandique fueron una vieja familia de origen flamenco, originalmente llamados Vandyck y después lo castellanizaron a «Guandique» 17 De modo que, la familia Gavidia-Guandique, se radicó en la ciudad de San Miguel, y llevó una vida acomodada y bien relacionada.18

Figura 1. Francisco Gavidia recibiendo la máxima condecoración de El Salvador, la ordén «José Matías Delgado».

Gráfico, Gráfico de barras

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Nota. Tomado de https://es.wikipedia.org

Como resultado de ese matrimonio, Gavidia tuvo una hermana, un hermano mayor y un hermano menor. Su hermana Genoveva Gavidia era conocida con mucho cariño como la tía Genoveva, su hermano mayor José Antonio Gavidia, viajó de San Miguel a San Salvador a los 17-18 años aproximadamente, para continuar sus estudios. El hermano menor, Enrique Gavidia, murió en circunstancias que no quedaron claras. Algunos miembros de la familia Gavidia suponen que fue un suicidio. Francisco Gavidia escribió un poema para relatar lo sucedido con la muerte de su hermano.19 Otra gran pérdida que afrontó, fue el fallecimiento de su madre cuando tenía entre 6-7 años.20 De acuerdo con las fuentes orales, hay hermanos de Gavidia que provienen de un segundo matrimonio. En el periodo en que Gavidia se traslada de Cacahuatique al centro de la provincia de San Miguel para estudiar, es muy probable que su papá se volviera a casar.21 Como en todo infante, la presencia o ausencia de las figuras paternas juega un papel determinante en su desarrollo.

El pensamiento y trayectoria de vida del padre como funcionario público influyó en Francisco Gavidia, tomando desde pequeño un concepto de lo que era el mundo social-político. Además, adquirió cierto talento e influencia musical de su padre, según lo referido por Mata Estrada.22 A pesar de la temprana separación de su madre, concluye que los valores y la práctica de la rectitud moral que su madre le brindó al niño perduraron a lo largo de su vida. Recordando su niñez, Francisco Gavidia, narra que asistió a una escuela al aire libre donde los alumnos estudiamos a la sombra de los árboles y los pupitres eran troncos [...]23 El «papá Gavidia» (como lo llama José Estrada Mata, al recordar las historias de infancia de su bisabuelo) fue llevado por su padre a una finca en Cacahuatique, San Miguel cuando su madre falleció. También comenta que, probablemente, esa finca perteneció al presidente Gerardo Barrios. Su tatarabuelo la compró, cuando Gavidia tenía entre 6 o 10 años aproximadamente.24

«Vivió en aquel lugar de ensueño y poesía tres años de su niñez, a partir de los siete u ocho. El padre del maestro al comprar aquella finca a la viuda de Gerardo Barrios, posiblemente no sospechaba que había puesto al alcance del futuro poeta la más preciada escuela de inspiración y tesoros de motivos campesinos e indígenas».25

Cabe destacar que, dentro de las obras de Gavidia hay múltiples alusiones al tema indígena. Mata Estrada deduce que, al haber estado Gavidia en contacto con población indígena «que a lo mejor iban a cortar café a la finca de ellos» se nutrió de aquellas experiencias a tal grado, que gran parte de los protagonistas en su literatura son de herencia indígena. Una de las referencias concretas a las que se remite es el cuento indígena «La Loba», que escuchó en sus primeros años formativos. 26

Remontándonos a su juventud, Francisco Gavidia experimentó tres traslados de residencia muy significativos en su vida. Empezó sus estudios en el oriente del país, las temáticas que le interesaban incluían: el clasicismo y el espíritu de la ilustración francesa.27 No obstante, hacia 1879, Francisco Gavidia se trasladó a San Salvador para estudiar en la Universidad, este itinerario era bastante normal entre la gente que tenía aspiraciones de hacer carrera en alguna profesión universitaria. Comenzó a estudiar derecho, pero no concluyó. Estaba interesado más bien en el mundo de las letras, la historia y el periodismo. Por lo que, regresó a San Miguel y empezó a tener una participación mucho más activa en el ámbito social y académico, publicando en revistas y periódicos.

Desde esos momentos, Francisco Gavidia empezó a adquirir reconocimiento como un hombre intelectual, que se abre un espacio gracias a su habilidad de escritor. Fue un joven promisorio desde 1882-1883; no obstante, cuando regresó a San Salvador por segunda y última vez entre 1889-1890, ya era parte de la élite intelectual salvadoreña y se vio ligado también al mundo político.28 Conviene destacar que, la imprenta fue uno de los medios de comunicación más importantes de la época, ahí Gavidia proyectó sus ideas por escrito, la cual también funcionaba como un espacio de afinidad intelectual. Dos de los supuestos que una red social debe cumplir son: 1) toda red implica desigualdad social, pues dentro de su tejido, algunos actores sociales tendrán más o menos recursos que otros y 2) las relaciones entre los miembros de una red forman su capital social o relacional que les apoya y les brinda las herramientas que necesitan para lograr sus fines, en medio de las presiones u oportunidades de la estructura.29 Gavidia si forma este tipo de capital derivado de las distintas vinculaciones que cultivó, pero también de su habilidad por la escritura lo que le permitió desarrollarse y abrirse paso en distintos espacios sociales y de trabajo.

Anteriormente, se mencionó que el interés de Gavidia por ejercer una carrera y práctica jurídica fue nulo, pese a lo cotizada que era dicha profesión. Era muy común que los hombres tuvieran una práctica jurídica para vivir en ese entonces, es decir, tener una cartera de clientes que los contratan para hacer escrituras, etc. Pero Gavidia tenía una cierta visión de su vocación literaria-intelectual y él quería dedicarse de lleno a eso. También era muy habitual, que una carrera intelectual fuese como una especie de peldaño. Un peldaño para adquirir cierto renombre y ya bien posicionado, conseguir un nombramiento público importante o más clientela. Tanto Francisco Gavidia como uno de sus mejores amigos de juventud: Rubén Darío, no se interesó por ese estilo de vida.30

Ahora bien, desde muy temprano Francisco Gavidia evidenció mucha curiosidad por conocer el mundo en el que vivía, desarrolló una gran capacidad de observación e imaginación, aun siendo muy joven.31 Gavidia tenía una concepción holística del conocimiento. Dentro de sus intereses no se encontraba el convertirse en un filósofo o un historiador especializado, por ejemplo, sino el acceso a todos los conocimientos posibles. Él se consideraba así mismo como un escritor, poeta y artista. De hecho, fue reconocido por su obra poética, narrativa y también dramática.

También era una persona políglota. Se interesó por las culturas e idiomas como el francés, latín, griego, árabe y maya. Esto se evidencia en su obra literaria y estudios filológicos, como los hexámetros latinos, traducciones de poemas de Víctor Hugo y la creación del «Idioma El Salvador»32 Según Mata Estrada, desde los 13 o 15 años, Gavidia ya disfrutaba del texto «Los Miserables» de Víctor Hugo, donde hay toda una ponencia política sobre los derechos del hombre. Víctor Hugo fue un muy importante literato que contribuyó a la formación de Gavidia.33

Debido a su actitud autodidacta, tenía otros intereses como la historia, esencialmente, las temáticas en torno al proceso de independencia centroamericana, concibiendo que el «camino que había recorrido la libertad en la historia de El Salvador era accidentado». De igual forma, le interesaba la filosofía desde su juventud, en ese momento se aproximó a las ideas hegelianas, a pesar de no haber recibido una educación institucionalizada en filosofía. Poseía aptitudes hacia lo musical. Mata Estrada afirma que, hasta su manera de hablar era tan rítmica y musical como una canción. Además, los conocimientos musicales también formaban parte de su nueva visión de la educación. Incluso incursionó en menor medida en los estudios de tipo matemático o físico.34

Otra de las facetas importantes en la vida de Francisco Gavidia, fue su matrimonio con Isabel Bonilla. La familia Bonilla estaba integrada por su padre Carlos Bonilla, un reconocido médico del momento. Su capital relacional era tal, que su otra hija, Carlota Bonilla Portal o «la tía Lota» como le conocían dentro del círculo familiar, se había casado con un embajador alemán. Mata Estrada llama a su bisabuela Isabel Bonilla como «Mamá Babel». Con mucha emoción recuerda una anécdota familiar de cuando «Mamá Babel» tenía 14 años y Gavidia tenía 18 años, afirma que «le llevaba 4 años cuando la empezó a enamorar». La familia Bonilla Portal cuando notaron que el enamorado de su hija es un literato (y bohemio para ellos), la envían a un internado para que el cortejo no continúe.35

Aquel joven enamorado subía al campanario del internado y le tiraba papelitos con poemas a Isabel. Esos papelitos, según Mata Estrada dieron pie a la obra Libro de los azahares. Cuando Isabel Bonilla, ya tenía 80 años aproximadamente, era capaz de tardar media hora recitando los poemas que «Chico Toño» su esposo le había escrito.36 Como resultado de este «delirio Isabelino», Francisco Gavidia se introdujo a la red familiar de su esposa, eso a pesar que Isabel fue desheredada por haber contraído matrimonio con alguien que no provenía de una familia de muy alto estatus, según lo explica la familia de Gavidia.

Francisco Gavidia experimentó también grandes satisfacciones en lo profesional, fue homenajeado a nivel nacional por varios gobernantes en sus periodos presidenciales, entre ellos destacan Manuel Enrique Araujo y Maximiliano Hernández Martínez. Sin embargo, una lectura más analítica de los acontecimientos sugiere que tales homenajes provienen del uso de la imagen y prestigio que Francisco Gavidia había acumulado a lo largo de su vida. Es sabido, que fue un hombre de convicciones. En su juventud y entrada la adultez, que es donde tuvo una trayectoria política más activa, se propuso transformar realmente el enfoque de la educación en el país. En reiteradas ocasiones, se acusó a Francisco Gavidia de llevar un juego político de manera conveniente, en otras palabras, de acoplarse al modelo de gobierno del momento. No obstante, su principal objetivo no fue vivir a costa del erario público sin hacer nada o sin realizar su verdadero proyecto en torno a la educación.37

Se preocupó por la construcción de un currículum educativo, por la mejora de los planes de estudio y condiciones de trabajo de los maestros. La formación de los maestros vista no sólo desde la intelectualidad sino como parte de su praxis política. Creía genuinamente en la labor pedagógica de formar a los nuevos ciudadanos. No proponía una revolución social, más bien se apegaba al modelo de un liberal modernista, con una visión paternalista. De modo que, insistió en que el país además de que tuviera una buena economía cafetalera e inversión en infraestructura, debía ocuparse en la formación de ciudadanos. Este fue su proyecto hasta su deceso en 1955. Su forma de pensar y gran parte de lo ocurrido en su vida personal y familiar son trascendencia en la construcción de su red social.38

  1. Redes intelectuales y políticas de Francisco Gavidia

Tal como se ha visto, algunos rasgos de la formación de Gavidia los adquirió dentro de su familia. Luego de su salida de San Miguel a San Salvador, su vida cambiaría todavía más. Los rasgos que mejor describen a Gavidia según su bisnieto: un gran observador, una gran imaginación, un buen comunicador y un ávido lector39, fueron quizá el pase de entrada de aquel muchacho joven a una vida rodeada de intelectuales y políticos influyentes. Pero no hay que olvidar que, para la sociedad de la época, las conexiones sociales eran el mejor pase para abrirse puertas y escalar socialmente. Dentro de los espacios de sociabilidad en que Gavidia recién trasladado de San Miguel se insertó, fue «La Sociedad la Juventud» fundada alrededor de 1881. Esta sociedad se apoyó en dos revistas: «La Juventud», dirigida por Joaquín Méndez, y «La Palabra», al mando de Belisario Calderón, algunos de los escritos de Francisco Gavidia pueden encontrarse en la revista «La Juventud».

A través de algunos de los personajes que integraban la sociedad y el contenido de las revistas puede inferirse que era de pensamiento liberal. Y no era para menos, «La Sociedad de la Juventud» tenía una clara vinculación con el gobierno de Zaldívar (reconocido por haber implementado reformas liberales durante su mandato); el director de la sociedad, Esteban Castro, era hermano del ministro de hacienda de Zaldívar. Las actividades que la sociedad realizaba, tales como: la sala de lectura, la biblioteca, las veladas artístico-literarias eran patrocinadas por dicho gobierno, a cambio, la sociedad daba el apoyo en calidad de sociedad independiente a Zaldívar, haciéndose presente en actos estatales como la apertura del ferrocarril de Acajutla-Sonsonate o la inauguración del monumento a Francisco Morazán. Es sugerente pensar que, la caída de Zaldívar afectó a «La Juventud» y parece ser que así fue, ya que para 1886 la sociedad era inexistente40.

En la revista «La Juventud» figuraban escritos de diferentes personajes muy reconocidos de la época, algunos son Juan José Cañas, Rubén Darío, Román Mayorga Rivas, Juan José Bernal, Ignacio Gómez y Salvador J. Carazo; también se le rindió homenaje a otros destacados como: Victoriano Rodríguez y Pablo Buitrago. Y dentro de sus lectores, los cuales publicaban comentarios dentro de la misma revista se puede mencionar al reconocido David Joaquín Guzmán41. Uno de los integrantes de esa sociedad fue significativo para que Francisco Gavidia lograra conectarse en el ámbito intelectual. Ese fue Rubén Darío, con quien estableció una amistad desde muy temprano. Sus encuentros ocurrieron cuando los dos eran todavía muy jóvenes, en alguna ocasión en 1882 se encontraron en El Salvador. Debido a que, no hay un consenso sobre la fecha precisa de nacimiento de Francisco Gavidia, la edad a la que se encontró por primera vez con Darío oscilaría entre los 18 y 20 años, y Darío alrededor de los 16 y 18 años42. Para esta edad, Gavidia ya era reconocido en el medio nacional como alguien intelectual y erudito.

Hay que hacer un paréntesis en esta etapa de la vida de Gavidia. Como se ha mencionado, alrededor de los 20 años, se casó con Isabel Bonilla Portal quien, si estamos tratando de redes sociales, hay que decir que era hija de un reconocido médico y periodista llamado Carlos Bonilla, quien junto con su esposa poseían una posición social y económica estimable43. Aunque al inicio a Francisco Gavidia le haya costado ser aceptado dentro del círculo familiar de su esposa, no hay duda que su vínculo matrimonial y el prestigio de la familia de su esposa le dio cierto estatus agregado, al que por cuenta propia fue construyendo, por lo que no es de extrañar que algunas puertas más se le abrieron.

Lo que permitió a Gavidia y a Darío reunirse fue la revista «La Juventud», ambos pertenecían a esta misma sociedad que agrupaba una red de literatos. Ayudaría al análisis preguntarse: ¿Qué hacía un nicaragüense como Darío en El Salvador? Y se podría extender más preguntándose ¿Qué hacía Darío en estos círculos literarios? Darío migra a El Salvador, posiblemente por problemas personales, el motivo de escoger al país era que ya tenía a viejos conocidos de Nicaragua residiendo en el territorio salvadoreño, el reconocido poeta y periodista nicaragüense Román Mayorga Rivas, había establecido su vida en El Salvador. Mayorga Rivas era también miembro de esa sociedad. Era de esperarse que Darío, un personaje ya reconocido en el medio literario fuera fácilmente aceptado al interior de esta y más aún con la mediación de su compatriota Román Mayorga. Cuando Darío llega a El Salvador, por primera vez entra a un interinato de una escuela dirigida por otro destacado intelectual, Rafael Reyes, allí dentro es compañero de Vicente Acosta otro importante literato de El Salvador. Como se verá más adelante, estos compañeros de Darío eran también parte del grupo de intelectuales con el que Gavidia se reunía.

La amistad entre Gavidia y Darío era a tal punto que su familia guarda todavía en su memoria algunas anécdotas. Recuerda José Mata, que cuando Darío llegó por primera vez a El Salvador, este todavía no había adquirido el gusto por el alcohol, el cual probablemente lo toma en sus viajes por Europa. En otra ocasión, recuerda Mata, que Darío regresó a El Salvador y visitó a Gavidia, dentro de su familia tenían la graciosa ocurrencia de que cuando veían llegar a Darío su abuela, hija de Gavidia, exclamaba: «papito, papito ahí viene el bolo»44 con lo cual Darío se enojaba mucho45. Se debe recordar que, hay un consenso en que Darío murió por enfermedades derivadas del alcohol. Esta anécdota nos deja ver que Darío frecuentaba a Gavidia en sus viajes a El Salvador, lo visitaba en su casa donde compartía con él y su familia.

La década de 1880 fue fundamental para la vida de Francisco Gavidia, fue el momento donde se ganó la confianza de diversos intelectuales y políticos, esto lo demuestra su rápida inserción en estas redes. Tras la desaparición de «La Juventud» algunos de los miembros de esa sociedad se integraron en otros espacios. En 1888, surgió la «Academia de Ciencias y Bellas Letras», su medio de divulgación era el «Repertorio Salvadoreño», alrededor de este se suman algunos literatos e intelectuales de «La Juventud»). El presidente de la junta directiva de la academia era el capitán español José María Francés y Roselló, quien fue también en 1888 director de la Escuela Politécnica, la cual era una institución educativa castrense; como vocales estaban Santiago Ignacio Barberena, Juan Bertis, Francisco G. de Machón, Ramón García González, Esteban Castro (mismo de «La Juventud»); Manuel J. Barriere, como tesorero y como secretarios Francisco Castañeda y Calixto Velado (integrante también de «La Juventud»).

Como socios activos de la revista, para 1888 se encuentran 19 miembros, algunos ya conocidos, también se suman otros intelectuales de recién ingreso en esos espacios. Entre los viejos conocidos podemos mencionar a Rafael Reyes, David J. Guzmán, Vicente Acosta, Belisario Calderón, y por supuesto, Francisco Gavidia; entre algunos nuevos integrantes están Mariano Orellana, Herman H. Prowe, Francisco Guevara, Tomás G. Palomo, Nicolás Aguilar, Salvador J. Carazo, y J. Antonio Delgado46.

Esta sociedad, nos dice Ricardo Roque, pese a tener una subvención estatal, apoyo de la Imprenta Nacional para la publicación de su revista y apoyo de la Alcaldía de San Salvador para el establecimiento de su sede, no tenía un visible apoyo al gobierno47. Años más tarde, buena parte de esta red de intelectuales tuvo participación en la vida política del país.

Roque hace énfasis que dentro de la Academia Gavidia, siendo un intelectual reconocido tenía más peso entre los demás48. Parecía que, hasta ese momento le iba bien, aquel joven emigrado de San Miguel se había abierto paso en los círculos intelectuales de la capital salvadoreña. Pero pronto su vida y la de diversos intelectuales tomaría un giro inesperado. La característica turbulenta de la política salvadoreña del siglo XIX, significó para Gavidia el exilio. Una de las peculiaridades de los vínculos de una red social es su capacidad de permanecer latentes a lo largo del tiempo y activarse en coyunturas específicas, de esta manera es posible entrever la fortaleza o debilidad de los lazos relacionales. En este sentido, los vínculos de Francisco Gavidia se activaron alrededor de los sucesos políticos del momento.

En 1890, se da el golpe de Estado a Francisco Menéndez promovido por los hermanos Ezeta. La llegada al poder de los Ezeta, desmovilizó la red de intelectuales de Gavidia. Diversos intelectuales disminuyeron su actividad o salieron exiliados hacia Guatemala, entre los exiliados estaba quien fuera el director de la desaparecida revista «La Juventud», Joaquín Méndez, también, Francisco Castañeda, Vicente Acosta y el mismo Gavidia. Tras este golpe de estado, la revista del «Repertorio» resultó seriamente afectada, su actividad continuó, pero ya no fue lo mismo. La partida de algunos de sus importantes miembros y la falta del apoyo político hicieron que desapareciera en el año de 1892.

Pese a esta difícil etapa de la vida intelectual y política salvadoreña, Gavidia fue ganándose una posición no sólo en El Salvador, sino también en otros países de Centroamérica, ya que, a su salida del país, decidió probar suerte en San José, Costa Rica, lugar donde estableció amistad con Justo A. Facio. En Costa Rica, Gavidia colaboró en la revista «Costa Rica Ilustrada». Poco después pensó que en Guatemala le esperaba un mejor porvenir y se trasladó a ese país, es probable que lo hiciera porque buena parte de sus amigos estaban exiliados en ese país. A su llegada a Guatemala rápidamente encuentra la forma de ganarse la vida, ahí colaboró en los periódicos «La República», en la revista «Guatemala Ilustrada» y pasó a formar parte de la sociedad de «El Ateneo Centro-Americano», dirigida por Ramón Uriarte; luego se trasladó a Quetzaltenango, donde escribió en el periódico «El Bien Público», dirigido por Juan de Dios Castillo49.

El gobierno de los Ezeta sobrevivió hasta 1894. Tras la caída de estos, muchos de los exiliados regresaron a El Salvador, incluido Gavidia. El ambiente que se vivía en el país era de celebración, pero no sólo por la caída de los depuestos gobernantes, sino porque la producción de los intelectuales iba despuntando. En septiembre de 1895, se realizó una fiesta en honor a Arturo Ambrogi, por el motivo de la publicación de su nuevo libro «Cuentos y fantasías». La fiesta transcurrió con toda la gala, en un lugar exclusivo. Se ofreció un almuerzo en el Hotel Inglés, en donde acudieron intelectuales escritores y políticos reconocidos, en los que figuraban Alberto Masferrer, Belisario Calderón, Víctor Jerez, Alberto Sánchez, Manuel Cabrera, Carlos G. Zeledón, Alonso Reyes Guerra, Isaías Gamboa, Francisco Gutiérrez, Salvador Díaz, J. A. Tamayo, Gustavo Marcial Medina, Luís Lagos y Lagos, Indalecio Zelaya, J. Antonio Solórzano, y por supuesto «el maestro de la nueva generación»: Francisco Gavidia. Algunos de los invitados pasaron a dar palabras en honor a Ambrogi, convirtiéndose este mediodía un espacio ameno y de encuentros50.

En el periódico «El Fígaro» se recordó también cómo algunos de estos intelectuales habían estado reconociendo a Ambrogi, desde que publicó su primer libro (Bibelots) a los 16 años. Entre quienes creían que el joven Ambrogi era una promesa de la literatura estaba Gavidia, el cual animaba al joven a continuar con su sueño de ser un escritor. Con esto, podemos decir que la amistad entre Gavidia y Ambrogi comenzó desde muy temprano, cuando ambos se iniciaban en el mundo de las letras. La producción literaria y los espacios de reunión de la intelectualidad no paraban. A inicios de octubre de 1895, se realizó otra fiesta, esta vez hubo doble celebración y el agasajado de honor era Francisco Gavidia, se celebraba su natalicio y la publicación de su más reciente obra «Júpiter». La reunión fue en el Hotel Inglés, que estaba espléndidamente decorado para recibir a los que asistieron, entre ellos los intelectuales Arturo Ambrogi, Víctor Jerez, Alberto Masferrer, J. Antonio Solórzano, Carlos G. Zeledón, Román Mayorga Rivas, los hermanos colombianos Francisco e Isaías Gamboa, Alberto Sánchez, Salvador Díaz, Nicolás Leiva, Manuel Cabrera, Fidel Villalta, Laureano Barraza, Gustavo M. Medina, M. Olano. E. Regalado, Indalecio Zelaya, Alonso Reyes G., Luís Lagos y Lagos y J. A. Tamayo. Asistieron también el presidente de la república, Rafael Gutiérrez; el vicepresidente y ministro de gobernación, Prudencio Alfaro; el rector de la universidad, Carlos Bonilla; el subsecretario de gobernación, Guadalupe Ramírez y otras figuras del ámbito de la política, entre otros el general M. Monedero, el coronel Mathies, Belisario Calderón, Her Drews, José Jurado y Daniel Rosales.

El festejo fue memorable, los invitados degustaron una variada comida y exquisitas bebidas mientras eran deleitados con música clásica por la Banda de los Altos Poderes. Como era de esperarse algunos invitados dieron palabras en honor a Gavidia51. Es importante mencionar que, el presidente Rafael Gutiérrez y el vicepresidente, Prudencio Alfaro, fueron personajes clave que participaron en la caída del gobierno de los Ezeta. La llegada de las altas esferas políticas a la fiesta de Gavidia no era para menos, la presencia de Rafael Gutiérrez, denotaba que existía una relación cercana entre ambas figuras. Esta relación se evidenció cuando Gutiérrez nombró a Gavidia con el cargo nacional de Director de Educación. Por la calidad de los invitados en las dos fiestas reseñadas, pueden observarse dos hechos. El primero, es que ambos compartían algunos miembros de las redes intelectuales, a ambas fiestas fueron invitados intelectuales y literatos como Román Mayorga Rivas, Alberto Masferrer, Belisario Calderón, los hermanos Gamboa, Indalecio Zelaya, Luís Lagos y Lagos, entre otros. Esto nos lleva a interpretar, que buena parte de los intelectuales de la época estaban conectados, compartían los mismos espacios de sociabilidad y, además, existía una amistad o compromiso entre ellos.

El segundo hecho, es que Gavidia era ya un intelectual reconocido entre los demás e influyente. A razón de que el mismo presidente de la República, el vicepresidente, ministros, subsecretarios, funcionarios de la universidad y militares, acudieron a su festejo. Es decir, que Gavidia, por un lado, estaba rodeado de los políticos de altos niveles y por el otro, de los intelectuales más reconocidos. Situación que evidencia cómo en Gavidia, se conjugaron redes políticas e intelectuales.

Otro de los espacios de sociabilidad intelectual, a los cuales Gavidia pertenecía era la revista «La Quincena» que se publicó por primera vez en 1903. El mismo subtítulo de la revista nos deja ver que era un espacio para que intelectuales de considerable categoría dieran a conocer sus escritos: «Revista de Ciencias, Letras y Artes». El fundador había sido Vicente Acosta, quien fue compañero de Rubén Darío e integrante de otras revistas ya mencionadas. Parte de los redactores de la revista eran nuevamente Román Mayorga Rivas, Calixto Velado y obviamente Darío y Gavidia (mismos integrantes de la revista «La juventud», Velado también del «Repertorio»), pero el círculo incluía nuevos miembros, estaba el destacado Santiago Ignacio Barberena (el mismo del Repertorio) y el colombiano Francisco Antonio Gamboa. Las temáticas tratadas por la revista eran amplias, se hallan textos literarios, históricos, científicos, música, fotografías y noticias de la época52.

La composición de los miembros de esta revista nos deja ver, que era un círculo de intelectuales iniciado con «La Juventud» que se había mantenido y ampliado, formando redes articuladas y bien establecidas que compartían los mismos intereses y espacios. Para ١٩١٨, podemos decir que Gavidia ya estaba consagrado dentro de las redes de intelectuales del país, era un referente para la educación y formación salvadoreña, tal como lo muestra el comentario que hizo en una ocasión Luis Agurto en el Ateneo: «varios estudiantes llenos del más vivo entusiasmo por el cultivo de las bellas letras, pensábamos ser en lo futuro grandes pensadores, grandes poetas como Gavidia»53 y otros no sólo lo consideraban un referente literario en el país, sino dentro de la región, era un: «sabio mentor de la intelectualidad salvadoreña […] honra las letras centroamericanas»54.

  1. Reflexiones finales

Hacer la historia de vida y reconstruir parte de las redes de un intelectual como Francisco Gavidia es un ejercicio valioso para penetrar, a través de esta metodología, en espacios sociales de épocas y coyunturas del pasado. Escudriñar los orígenes familiares, la dinámica de su formación y trabajo de Gavidia nos introdujo a espacios íntimos útiles para el análisis social de la intelectualidad salvadoreña de una época. En este caso conversar con el bisnieto y un experto en historia de la literatura ha enriquecido este trabajo aún preliminar. En el caso de Gavidia, vemos que, según la tradición oral familiar, fue importante para él la vida con su padre y las enseñanzas dadas por este. Gavidia desde su niñez se caracterizó, por tener intereses diversos y una gran imaginación que lo hacían trasladarse de un campo del conocimiento a otro. En su juventud y en su vida como adulto esta característica permaneció inmutable. Pasaba por incursionar en diversas áreas del conocimiento, era asiduo practicante de la literatura, historia, lenguas, filosofía, música y arte en general. Esta multiplicidad de facetas y ansia por dominar diversos campos del saber lo llevaron rápidamente a posicionarse como un intelectual en diferentes espacios de sociabilidad en la capital salvadoreña y más allá de las fronteras. Logramos también tener una mirada de los espacios donde Gavidia se desenvolvió y de las redes intelectuales y de políticos a las que perteneció. Se pudo indagar que, en los años de este estudio los intelectuales participaban en diversas sociedades y en diversos medios de difusión científicos-literarios. Eran espacios comunes. Sólo así se explica, que varios de ellos formaron parte de una sociedad literaria y que, si por alguna razón fracasa, encontraban un espacio en otra sociedad o en el mejor de los casos, fundaban otra, en la que ampliaban sus vínculos. Así hemos podido observar que, de «La Sociedad de la Juventud» Gavidia y otros miembros se insertaron en otras sociedades.

Hemos podido identificar que Gavidia, antes de dedicarse formalmente a ser un servidor público en diversos cargos gubernamentales, mantenía relaciones sociales con algunos sujetos políticos importantes. Desde que Gavidia comenzó a ser reconocido en el ámbito literario e intelectual sus círculos sociales se ampliaron, al grado de relacionarse con presidentes, ministros, secretarios, directores y demás personajes de la alta política salvadoreña. Consideramos que, este mismo prestigio o reconocimiento social que Gavidia supo capitalizar en sus primeras etapas como literato y como intelectual nacional, le valieron para posicionarse más adelante en diversos cargos estatales.

Estar rodeado de personajes políticos como Rafael Gutiérrez, Prudencio Alfaro, Joaquín Méndez, entre otros. Esto lleva a considerar lógicamente que Gavidia saliera exiliado hacia Guatemala y Costa Rica al momento del golpe de Estado. Por último, queremos señalar que, este es un estudio sobre la vida y relaciones sociales de Gavidia, que indiscutiblemente será ampliado. Con este trabajo se abren brechas que esperan ser investigadas y puestas en debate por los autores.

Referencias

Entrevistas

Ricardo Roque Baldovinos, entrevista por Erick Guerra y Vanessa Contreras, viernes 6 de mayo del 2022, entrevista 1, transcripción, Vanessa Contreras.

José Mata Estrada, entrevista por Erick Guerra y Vanessa Contreras, martes 24 de mayo del 2022, entrevista 2, transcripción, Erick Guerra.

Bibliografía

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  1. 1 José Luis Molina apunta que el capital relacional o social es una línea de investigación del análisis de redes sociales. Una de sus fuentes es como complemento del capital humano. Si el capital humano constituye el conjunto de saberes adquiridos por la educación, experiencia y formación continua, el capital social lo conforman las personas dentro de la red social que conocen al actor social y conocen sus capacidades y habilidades que posee.

  2. 2 José Luis Molina, El análisis de redes sociales.Una introducción. (Barcelona: Ediciones Bellaterra, 2001), 14.

  3. 3 Pilar González Bernaldo de Quirós, «La sociabilidad y la historia política» en Conceptuar lo que se ve. François-Xavier Guerra, historiador. Homenaje coord., E. Pani, A. Salmerón (México, Instituto Mora, 2004), 419-460 URL: http://journals.openedition.org/nuevomundo/24082.

  4. 4 Edwin Alfredo Alfaro Rivas, «El poder político a mediados del siglo XIX: Las redes sociales de Francisco Dueñas y Gerardo Barrios: 1854- 1865» en Poder, sociabilidades y economía: Santa Tecla y Quezaltepeque, 1855- 1930 comp. por Carlos Gregorio López Bernal. (San Salvador: Imprenta de Editorial Universitaria, 2018), 15.

  5. 5 Edwin Alfredo Alfaro Rivas, «Las prácticas políticas en El Salvador a mediados del siglo XIX: las redes sociales de Francisco Dueñas y Gerardo Barrios, 1854- 1865», Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad de El Salvador, 2014, 30.

  6. 6 Alfaro, «Las prácticas políticas», 30.

  7. 7 Francisco Longa, «Trayectorias e historias de vida: perspectivas metodológicas para el estudio de las biografías militantes» (VI Jornadas de Sociología de la UNLP, Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de Sociología, La Plata, 2010), 9-10.

  8. 8 Longa, «Trayectorias», 10-11.

  9. 9 Alessandro Portelli, «Historia oral, Diálogo y géneros narrativos». Anuario digital, 26, N°. 5 (2014): 16-17.

  10. 10 Portelli, «Historia oral»,16-17.

  11. 11 Paul Thompson, «La historia oral y el historiador». History Today, 33, N.°7 (1983): 6-7.

  12. 12 Roque Baldovinos es Licenciado en Letras por la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas», Máster en Artes y Doctor en Filosofía por la Universidad de Minnesota.

  13. 13 José Mata Ricardo Estrada es doctor en Medicina. Además, es hijo de José Mata Gavidia y bisnieto de Francisco Gavidia.

  14. 14 Portelli, «Historia oral», 10.

  15. 15 Debido a la faltante evidencia documental y a la pérdida de los archivos nacionales previo a 1840, existen tres tesis en torno a la fecha de nacimiento de Gavidia. En esta investigación se retoman los años 1863 y 1864.

  16. 16 Mario Hernández Aguirre, Gavidia. Poesía, literatura, humanismo. (San Salvador: Dirección General de Cultura del Ministerio de Educación, 1965), 13.

  17. 17 José Mata Estrada, entrevista por Erick Guerra y Vanessa Contreras, martes 24 de mayo de 2022, entrevista 2, transcripción, Erick Guerra.

  18. 18 Ricardo Roque Baldovinos, entrevista por Erick Guerra y Vanessa Contreras, viernes 6 de mayo del 2022, entrevista 1, transcripción, Vanessa Contreras.

  19. 19 Mata, entrevista 2.

  20. 20 Mata, entrevista 2.

  21. 21 Mata, entrevista 2.

  22. 22 Mata, entrevista 2.

  23. 23 José Mata Gavidia, Magnificencia espiritual de Francisco Gavidia. San Salvador: Dirección General de la Cultura del Ministerio de Educación, 1969, 26.

  24. 24 Mata, entrevista 2.

  25. 25 Mata, Magnificencia, 28.

  26. 26 Mata, entrevista 2.

  27. 27 Mata, Magnificencia, 29-30.

  28. 28 Roque, entrevista 1.

  29. 29 Alfaro, «Las prácticas políticas...», 32.

  30. 30 Roque, entrevista 1.

  31. 31 Roque, entrevista 1.

  32. 32 Roque, entrevista 1.

  33. 33 Mata, entrevista 2.

  34. 34 Roque, entrevista 1.

  35. 35 Mata, entrevista 2.

  36. 36 Mata, entrevista 2.

  37. 37 Roque, entrevista 1.

  38. 38 Roque, entrevista 1.

  39. 39 Mata, entrevista 2.

  40. 40 Ricardo Roque, «Las sociedades literarias en El Salvador de finales del siglo XIX», ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 59, N.° 667 (2004): 465-466.

  41. 41 Véase Ricardo Roque, «Leyendo la Juventud», ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 59, N.° 663-664 (2004).

  42. 42 Roque, entrevista 1.

  43. 43 Mata, entrevista 2.

  44. 44 Palabra coloquial para referirse a un borracho.

  45. 45 Mata, entrevista 2.

  46. 46 Repertorio salvadoreño, tomo I, N°. 1, 18 agosto de 1888.

  47. 47 Roque, «Las sociedades», 466-467.

  48. 48 Roque, entrevista 1.

  49. 49 Mata, Magnificencia, 109-112.

  50. 50 Antonio Solórzano, «Entre escritores. Almuerzo dado a Arturo Ambrogi», El Fígaro, año 27, Tomo II, N.° 23 (domingo 6 de octubre, 1895): 180-181.

  51. 51 Puck, «En honor a Gavidia», El Fígaro, año 27, Tomo II, N.° 23 (domingo 6 de octubre, 1895): 179-180.

  52. 52 René Letona, «Las colaboraciones de Rubén Darío en la revista salvadoreña La quincena», Anales de literatura hispanoamericana, N.° 32 (2003): 116-117.

  53. 53 Vicente Navarrete, «Francisco Gavidia», Ateneo de El Salvador, año VI N.° 57 al 68 (enero-diciembre, 1918): 1198.

  54. 54 Luís Agurto, «Discurso académico de estilo», Ateneo de El Salvador, año VI N.° 57 al 68 (enero-diciembre, 1918): 1182.